domingo, 8 de julio de 2012

LOS DIBUJOS INFANTILES (Parte I)


Todos los niños y niñas, desde que pueden tomar entre sus manos un lápiz, realizan trazos. El dibujo es algo así como el hermano mayor del garabato. Entre los 2 y 5 años también ocurren expresiones gráficas que pueden identificarse con este nombre.

Las etapas del dibujo son:
  • Etapa del garabato: Se da entre los 18 meses y los 5 años, con un progreso continuo que va de las simples marcas en el papel al dibujo con capacidad representativa, que aparece en torno a los 4 años.
  • Etapa del esquema: Se da entre los 5 a 9 años. En ella, los niños y niñas pasan a representar la figura humana siempre de la misma manera, como siguiendo un esquema. Asimismo, los objetos aparecen alineados en un solo nivel en el plano gráfico.
  • Etapa de transición: Se da entre los 9 y los años. Aparece una cantidad de detalles, tanto en la figura humana como en el entorno, y surge una preocupación por la perspectiva en busca de realismo.
  • Etapa de la decisión: Se da entre los 12 y 14 años, y se caracteriza fundamentalmente porque el dibujo deja de ser plenamente espontáneo para pasar a ser planificado y cuidado en cada vez más detalles.

Pero, ¿qué significa el dibujos para los niños?

El dibujo es un medio de expresión del pensamiento, es un acto comunicativo personal. Es a partir de los 2 años que los niños sienten que los palotes y círculos que trazan tienen ya un significado, en el marco de la segunda fase del garabato. Sin embargo, sólo a los 4 años, ya en la tercera fase del garabato, sus trazos pasan a tener mayor capacidad representativa, siempre sobre los elementos del entorno familiar o sobre aspectos que, de una u otra manera, despiertan su interés. A medida que los pequeños van creciendo y se va desarrollando su lenguaje, su motricidad gruesa y fina, aparte de la necesaria sociabilidad, los trazos de sus dibujos mejoran y toman las "formas correctas" de lo que quieren plasmar.


¿Se debe enseñar a dibujar?

Es imprescindible considerar que el mundo interior de cada niño será el que de la pauta para realizar sus dibujos, en la  medida que estos son, como ya se ha dicho, actos comunicativos. Cuidado entonces, con cuestionar sus dibujos como mal hechos. Así, en una primera instancia, entre los 2 y 4 años se debe dejar que los niños realicen sus dibujos con completa libertad. Esto es necesario porque corregirlos traerá consigo las primeras grandes frustraciones. Sin embargo en una segunda instancia, entre estas mismas edades sí es conveniente poner al alcance de los pequeños abundantes materiales gráficos a través de los cuales puedan ir interiorizando las complejidades del mundo y de su representación. Pero no se debe olvidar que dichos materiales únicamente le servirán como referencia y que se deben utilizar para su entretenimiento y para un aprendizaje lúdico, nunca como una obligación ni imposición.

Cuando los niños ya alcanzan los 5 años, ya es posible darles indicaciones sencillas para que realicen determinados dibujos o procedimientos y es esperable que ellos sepan entender y atender lo que se les pide en cada caso.


¿Qué aporta el dibujar?
Es la actividad que más beneficios reporta para el desarrollo integral del niño.
  • Favorece el logro de un mayor dominio psicomotor fino, sobre todo cuanto más se practica.
  • Sienta las bases para alcanzar la escritura y la lectura, pues permite estructurar el mundo y las ideas respecto a él.
  • Sirve como canal comunicativo entre el mundo interno de los niños y las personas adultas.
  • Funda y consolida la confianza en sí mismos, en tanto les permite saberse capaces de realizar algo.
  • Representa una terapia de desfogue emocional, en la medida en que expresa alegrías, temores y angustias.
  • Hace crecer la creatividad natural gracias a que se convierte en un espacio de libre fantasía.
  • Delinea la personalidad, pues es también una actividad de exploración interior y, en razón de ello, otorga madurez emocional.

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