miércoles, 18 de julio de 2012

BULLYING O ACOSO ESCOLAR (Parte II)



Características del agresor:
  • Goza de mayor popularidad entre sus compañeros.
  • La falta de culpa le impide restituir o reconocer sus actos.
  • Al no sentir empatía por los sentimientos de los demás interpreta que sus actos están justificados por la provocación de los demás.
  • Dificultad en habilidades sociales para comunicar y negociar sus deseos.
  • Hogares con alto nivel de agresiones y violencia entre sus miembros.
  • Falta de cariño dentro del seno familiar.
  • Falta de normas de conducta claras y constantes.


Características de la víctima:
  • Tienen baja popularidad entre sus compañeros.
  • Baja autoestima y posible fracaso escolar.
  • Tiene mayor tendencia a la depresión.
  • Las relaciones familiares suelen ser cercanas, incluso se habla de sobreprotección.
  • Falta de asertividad  y seguridad en sí mismo.


Consecuencias del Bullying:
Las consecuencias de este tipo de violencia interpersonal  pueden ser altamente nocivas para los agentes involucrados. 

Para la víctima, puede convertirse en motivos de trauma psicológico, riesgo físico, causa de profunda ansiedad, infelicidad, problemas de personalidad y un sinfín de insatisfacciones y riesgos innecesarios y lesivos para el desarrollo de cualquier individuo. También tiene implicaciones escolares tales como el fracaso escolar, pobre concentración, absentismo sensación de enfermedad psicosomática debido al estrés, problemas de sueño, etc.

Para el agresor, puede ser la antesala de una futura conducta delictiva, una interpretación de la obtención del poder en base a la agresión, una supravaloración del hecho violento como socialmente aceptable.

Para los compañeros observadores representa una actitud pasiva y complaciente ante la injusticia y un modelo equivocado de la valía personal. Además de manifestar una clara falta de solidaridad.


¿Qué hacer ante el Bullying?
En los colegios se debe aumentar la observación en lugares menos frecuentados por los adultos (pasillos, patio, vestuarios, rincones, entre clases, en actividades extracurriculares). Recoger información de distintas fuentes (padres, profesorado, personal no docente, alumnado). Tener estructuras en el centro educativo donde expresar denuncias y reclamaciones (buzón de sugerencias, comisión de convivencia, etc).

Intervención con la víctima:
  • Proteger a la víctima durante todo el proceso de intervención.
  • Establecer reuniones individuales con la víctima y con otros compañeros que favorezcan la comunicación y la libre expresión.
  • Desarrollar programas específicos de habilidades sociales (defensa de los propios puntos de vista, asertividad, defensa de derechos, petición de ayuda, etc)


Intervención con el agresor:
  • Asegurarse que los agresores también reciban ayuda.
  • Diseñar y realizar entrevistas individuales en las que se analice la situación y sus consecuencias para el afectado.
  • Definir muy claramente los comportamientos que no se toleran estableciendo los límites de lo permitido.
  • Desarrollar programas de entrenamiento intensivo en habilidades sociales.
  • Ayudarle a vincularse con los demás sintiéndose parte del grupo y del entorno y asumiendo las responsabilidades que le correspondan.
  • Aplicar programas de modificación de conducta.
  • Aplicar técnicas cognitivas.


Intervención con los espectadores:
  • Ser denunciados.
  • Analizar las consecuencias que estos comportamientos tienen para todo el grupo.
  • Definir claramente cuáles son los papeles que los espectadores juegan en estas situaciones.
  • Desarrollar la empatía emocional, ponerse en el lugar del otro.
  • Enseñar a los alumnos a pedir ayuda, a superar el miedo a ser “soplones”.


Intervención con el grupo de clase:
  • Enseñar a poner nombre y a expresar los sentimientos.
  • Crear y favorecer un clima escolar de rechazo a los malos tratos.
  • Poner en marcha actividades de tutoría.
  • Fomentar la cohesión grupal con actividades diversas.



Fuente: I. Fernández y Orientados

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