Usar música en una terapia, te permite una comunicación más fluida y promueve el aprendizaje, para de esta manera ayudar a resolver todas las necesidades de un paciente. Por ejemplo, las mujeres embarazadas atraviesan cambios constantemente, y la música puede ayudarlas a encontrar esa armonía que buscan.
Esta terapia también tiene la propiedad de crear un espacio en el que madre e hijo pueden intercambiar emociones. Ella acepta sus cambios y establece un vínculo saludable con el pequeño. Así, primero es necesario que las futuras mamás se reencuentren con su cuerpo todos los días. La música es útil para sobrellevar la ansiedad, y en todo caso, el estrés.
Recuerda que cerca del cuarto mes de gestación los bebés comienzan a percibir sonidos e identificarlos. Con la musicoterapia puedes crear un código de comunicación entre tú y tu hijo. El reconocerá tu voz y los ritmos que crees para él, así como las melodías que le hagas escuchar.
La pareja también puede ser parte de esta aventura. Esta es una oportunidad para generar un intercambio de aprendizaje, porque además de aliviar tensiones, prepara a los padres para que el bebé llegue en un ambiente de relax.
Una interesante forma de generar un sano vínculo entre toda la familia, incluso cuando el bebé aún está en el vientre; y también de dejar atrás las tensiones y ansiedades.
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