sábado, 8 de junio de 2013

LOS BERRINCHES EN LOS NIÑOS



Muchas veces escuchamos frases como: “mi hijo no me hace caso, se tira al piso, sólo quiere hacer lo que él quiere, llora, patalea…; nosotros como papás ya no sabemos que hacer”.
Lamentablemente muchos padres no saben cómo enfrentar este tipo de situaciones, y es ahí dónde se cometen algunos errores a la hora de tratar de detener estos berrinches. 
Los berrinches se manifiestan en todo momento y es muy frecuente en niños a partir de  los 2 años.


¿Qué son los berrinches?
Los berrinches son una reacción extrema del comportamiento emocional negativa por parte del niño que se manifiesta a través de llanto, gritos, patadas, llegando incluso a tirarse al suelo con tal de conseguir lo que desean. Conforme se les ignora en el berrinche, la conducta tiende a incrementarse convirtiéndose en un acto insostenible para muchos padres, sin embargo ser constante con este método termina por hacer que los niños cedan y acaben con esta conducta negativa.


¿En qué casos aparecen los berrinches?
  • Cuando los niños no quieren seguir las normas impuestas por los padres. Y es que los niños muchas veces quieren hacer cosas que no están permitidos.
  • Cuando desean que se les compre algo. El niño cree que por el simple hecho de querer algo inmediatamente lo obtendrá, y cuando esto no sucede busca la forma de conseguir el objeto mediante el llanto y gritos.
  • Cuando no quieren comer. Basta que un alimento sea desagradable para él, empieza la resistencia por recibir el alimento y comienza la armonía entre el grito y el no rotundo.
  • Cuando el niño no logra comunicar correctamente lo que desea, sea por una falta de habilidad lingüística. Las habilidades cognitivas y físicas se desarrollan mucho antes que las del lenguaje, es por ello que el niño al no dejarse entender verbalmente se frustra y termina en un berrinche.
  • Cuando quieren llamar la atención de los padres. Es una forma de conseguir que la mirada de los progenitores se dirijan hacia él.




Actitud de los Padres frente a un berrinche.
Para poder controlar un berrinche, aquí no funciona ni los gritos, ni los golpes, ni dar explicaciones a los niños y ni hablarles para que entiendan la situación.
Lo esencial es no perder la calma y no dejarnos ganar por nuestros impulsos. Es importante que los padres tomen el control de la situación a fin de que el niño no nos gane con el berrinche y no obtenga el poder para manipularnos.

Los padres deben recordar:

Cuando el niño se encuentra en un estado de fatiga, fuera de su rutina diaria o en situaciones de excesiva estimulación, los niños tienden hacer berrinches, es por ello que los padres deben observar en que momento o bajo qué situación se producen los berrinches para poder así anticiparse a ellos.

Cuando el niño realice tareas que generen su poca tolerancia a la frustración es oportuno que los padres intervengan dando una pequeña ayuda para así evitar la situación de conflicto del niño que termine en un berrinche.

Es importante advertir al niño que ciertas actividades que están realizando, están por culminar a fin de que el pequeño esté preparado para afrontar el cambio de escenario.

Cuando vayan a realizar una actividad fuera del hogar, es decir, salir, indicarle al niño como debe comportarse, que puede hacer y que no puede a fin de que vaya mentalizándose para dicha salida.



¿Cómo manejar un berrinche?
Muchos padres se estresan cuando ven a su hijo haciendo un berrinche, lo ideal es mantenerse firme frente a aquello por lo cual el niño está haciendo el berrinche.
Evitar llevarse por sentimientos de pena o de ira para poder conservar así la postura frente al niño.

Aquí algunas pautas:

  • Hay que tener en cuenta en primer lugar la edad del niño para poder elegir mejor el método correctivo frente a un berrinche.
  • Recordar que el niño está fuera de control y lo que necesita es que lo ayudemos a calmarse, para ello debemos evitar incrementar más los berrinches con gritos o explicaciones.
  • Restarle importancia al berrinche; es decir, ignorar al niño por completo, no mirarlo, ni dirigirle la palabra mientras dure el berrinche a fin de que entienda que así no logrará nuestra atención o lo que él requiera. Después de terminado el berrinche recién acercarnos para platicar con él.
  • Presentarle al niño una actividad opcional, es decir un distractor, a fin de que pueda romper con el berrinche. Esto mayormente se trabaja con niños  más pequeños.






 Ps. Essy Salcedo P.
Instituto Eupsiquia
Jr. Germán La Peyre 351 - Santiago de Surco
Telf. 448-1743


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