jueves, 11 de abril de 2013

LOS ABUELOS Y LA RELACIÓN CON LOS NIETOS



El papel de los abuelos en la familia está cambiando. Uno de los problemas que más alteran la relación entre los abuelos y los padres de sus nietos es la aplicación de los límites. En muchos casos, es muy difícil que ambas partes lleguen a un consenso. De un lado, están los abuelos que, desde su experiencia, no están de acuerdo con las ideas de los más jóvenes; y del otro están los padres que no aceptan las intromisiones de los abuelos en la educación de su hijo.

Si los abuelos van a estar con los nietos, lo ideal es que haya un acuerdo entre las partes, para el bien del niño y de todos. Es necesario que entre los padres y los abuelos exista una relación tranquila y libre de celos, en la que reine el respeto a las exigencias y hábitos del otro. Los conflictos más comunes surgen cuando los abuelos pretenden ejercer de padres en vez de abuelos, y tratan a sus hijos adultos como niños y no les permiten ser los principales responsables de la educación de los chicos. También se dan cuando los hijos abusan de los abuelos y los cargan excesivamente con la responsabilidad de ocuparse de los nietos.

Para que haya una buena relación entre unos abuelos y sus nietos, es fundamental que se entienda que el niño no es una segunda oportunidad para representar el papel de padres, sino que ahora tienen que desempeñar unas nuevas funciones. Su rol no es el de educar, sino el de mimar, cuidar, proteger, enseñar…

Aunque no todos los abuelos son iguales, ni todas las relaciones se pueden comparar, el papel de los abuelos es distinto al de los padres y la relación de apego que se forma con ellos es también distinta. Los abuelos suelen ser más consentidores y dan más apoyo y menos disciplina, es decir, mantienen una relación más juguetona y relajada.

Al margen de la ayuda que brindan los abuelos a los padres para cuidar a los niños, los abuelos pueden aportarles otras muchas cosas: tiempo, paciencia, experiencia, tolerancia... y un sentimiento de familia extensa, de estirpe, de tener unas raíces que vienen del pasado.

También dan a los pequeños la valiosa posibilidad de diversificar sus relaciones de apego más allá de papá y mamá.


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