martes, 20 de diciembre de 2011

Hacia un lado y hacia el otro


Los humanos ¿somos seres simétricos o no? Tenemos dos mitades, es decir, dos lados claramente diferenciados: el derecho y el izquierdo. Uno de estos lados, debido, según se cree, al dominio cerebral del hemisferio contrario, tiene supremacía sobre el otro. Este hecho determina que una persona enfrente las acciones que realice como diestra o como zurda. A partir de esta base, la lateralidad se define bajo dos circunstancias posibles:

  • En condiciones ideales: Es el procedimiento absoluto de uno de los hemisferios del cuerpo para la realización de toda acción, desde caminar hasta escribir, pasando por mirar, saludar o inclinarse.
  • En casos de desórdenes: Es el predominio de un hemisferio del cuerpo para la realización de ciertas acciones y del otro hemisferio para la realización de otras.
La lateralidad cobra interés porque, en cualquiera de estas dos circunstancias, en ella se funda la relación, exitosa o no, de toda persona con su cuerpo y, desde ahí, con el mundo exterior.

Aunque generalmente se asocia con el manejo del espacio y del movimiento, los alcances de la lateralidad y su definición hacia la derecha o la izquierda son mucho mayores.

¿Qué implica la lateralidad?
El adiestramiento que lleva  a la fijación de la lateralidad de los niños y niñas se llama "lateralización". Para que este proceso ocurra de una manera exitosa es necesario que sea conducido sin presiones. Además, a los niños y niñas que ya tienen definida su lateralidad no se les debe llevar la contra para obligarlos a cambiar de mano. Una fijación positiva de la lateralidad es determinante en la vida de los niños y niñas, pues, como ya se dijo, sus alcances son inmensos, en la medida en que resulta fundamental para el aprendizaje de la lecto-escritura y la madurez del lenguaje, en que el dominio cabal del cuerpo aporta seguridad emocional y favorece una elevada autoestima. En cambio, los desórdenes en la lateralidad ocasionan alteraciones en la lectura y la escritura, problemas con la orientación espacial, tartamudez, dislexia, entre otras dificultades.

Se han realizado diversos estudios sobre el momento y la manera como se produce la fijación de la lateralidad. Dichos estudios indican, en términos generales, lo siguiente:
  • Aproximadamente a los 18 meses, y luego entre los 30 y los 36 meses, aparecen periodos de intensa manualidad.
  • Hacia los 4 años la mano dominante se utiliza con más frecuencia.
  • Entre los 6 y los 7 años se desarrolla un periodo de transición en el que los niños y niñas utilizan la mano no dominante o ambas manos, tras el cual la lateralidad queda definida.

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