El hecho de que el niño entre al colegio es un acontecimiento que lo marca tanto a él como a su familia, sobretodo si éste es el primero de los hijos que ingresa al sistema.
El ingreso del niño al colegio le proporciona una nueva experiencia con el mundo, un contacto diferente con un ambiente que no sólo le es desconocido, sino que no presenta el clima afectivo que hasta ahora lo había protegido. empieza el desarrollo de nuevos intereses, actividades y obligaciones fuera dela casa.
En esta etapa la familia necesita vivir un proceso de asimilación y de ajuste; tanto para los hijos como para los padres. Con la salida del hijo del hogar se inicia en él la búsqueda de una identidad más allá de su familia.
La familia tiene que enfrentarse a una redefinición de sus límites, tanto internos como externos. Esta etapa requiere que la familia sea perceptiva, que cambie el foco de los intereses familiares a los individuales. La familia requiere ser en esta etapa el lugar donde se puede compartir y contar lo que sucede afuera; estando abierta a recibir, escuchar e interesarse en el otro.
Características del niño escolar:
La segunda infancia se caracteriza por la confluencia de procesos psicológicos y sociales que se traducen en una creciente separación e independencia del niño con respecto al mundo de sus padres y una consecuente participación en un mundo más amplio.
La incorporación a la escuela lo introduce al mundo de otros niños como él y de otros adultos.
El niño comienza a objetivar su realidad. La laboriosidad en esta etapa está marcado por un permanente "hacer y aprender a hacer" por parte del niño.
Es también, en contacto con los otros niños que prueba distintos roles y aprende a conocer su rol dentro de un grupo.
Conoce otros familiares con los cuales confronta y evalúa el estilo de crianza, así como la posición social de su familia.
A las exigencias del grupo de niños, se agregan las de la escuela. El niño se ve enfrentado a adaptarse a normas más impersonales y a cumplir con una serie de obligaciones.
En el hogar se ve enfrentado a un cambio de hábitos, levantarse temprano, hacer las tareas, cambiarse el uniforme al llegar, y muchas veces, el niño siente que sus padres se tornan bruscamente exigentes.
El rol de padres de un niño escolar:
En la medida que el niño se incorpora a un ambiente social amplio se producen cambios en el papel que juegan los padres respecto a él.
El ingreso del niño al colegio y la participación en actividades extracurriculares hace que el niño se enfrente a nuevos mundos donde no sólo adquiere conocimientos, sino que también contacto con nuevos valores y normas de comportamiento, que en ocasiones pueden ser contradictorios con aquellas sustentadas en su hogar.
Los padres muchas veces no están preparados para dejar que su hijo se separe. No siempre son capaces de renunciar a su autoridad y de confiar su hijo a otras personas.
El niño podrá moverse con confianza en su nuevo mundo, si sabe que cuenta con el cariño y apoyo de sus padres.
Algunos padres entregan al niño a la escuela, desinteresándose por las presiones a que se ve sometido.
Otros, en cambio, se exceden en sus exigencias respecto a su rendimiento, no considerando sus características ni su ritmo personal. Ambas actitudes, no darle importancia o forzarlo a ser lo que no es, llevan al niño a sentir una falta de confianza en sí mismo. El niño se siente así inseguro y pueden surgir en él actitudes rebeldes, que muchas veces se esconden bajo la apariencia de sumisión, pero que pueden explotar más tarde en conductas desadaptativas o en un conflicto directo con los padres.
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