miércoles, 21 de diciembre de 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
Hacia un lado y hacia el otro
Los humanos ¿somos seres simétricos o no? Tenemos dos mitades, es decir, dos lados claramente diferenciados: el derecho y el izquierdo. Uno de estos lados, debido, según se cree, al dominio cerebral del hemisferio contrario, tiene supremacía sobre el otro. Este hecho determina que una persona enfrente las acciones que realice como diestra o como zurda. A partir de esta base, la lateralidad se define bajo dos circunstancias posibles:
- En condiciones ideales: Es el procedimiento absoluto de uno de los hemisferios del cuerpo para la realización de toda acción, desde caminar hasta escribir, pasando por mirar, saludar o inclinarse.
- En casos de desórdenes: Es el predominio de un hemisferio del cuerpo para la realización de ciertas acciones y del otro hemisferio para la realización de otras.
La lateralidad cobra interés porque, en cualquiera de estas dos circunstancias, en ella se funda la relación, exitosa o no, de toda persona con su cuerpo y, desde ahí, con el mundo exterior.
Aunque generalmente se asocia con el manejo del espacio y del movimiento, los alcances de la lateralidad y su definición hacia la derecha o la izquierda son mucho mayores.
¿Qué implica la lateralidad?
El adiestramiento que lleva a la fijación de la lateralidad de los niños y niñas se llama "lateralización". Para que este proceso ocurra de una manera exitosa es necesario que sea conducido sin presiones. Además, a los niños y niñas que ya tienen definida su lateralidad no se les debe llevar la contra para obligarlos a cambiar de mano. Una fijación positiva de la lateralidad es determinante en la vida de los niños y niñas, pues, como ya se dijo, sus alcances son inmensos, en la medida en que resulta fundamental para el aprendizaje de la lecto-escritura y la madurez del lenguaje, en que el dominio cabal del cuerpo aporta seguridad emocional y favorece una elevada autoestima. En cambio, los desórdenes en la lateralidad ocasionan alteraciones en la lectura y la escritura, problemas con la orientación espacial, tartamudez, dislexia, entre otras dificultades.
Se han realizado diversos estudios sobre el momento y la manera como se produce la fijación de la lateralidad. Dichos estudios indican, en términos generales, lo siguiente:
- Aproximadamente a los 18 meses, y luego entre los 30 y los 36 meses, aparecen periodos de intensa manualidad.
- Hacia los 4 años la mano dominante se utiliza con más frecuencia.
- Entre los 6 y los 7 años se desarrolla un periodo de transición en el que los niños y niñas utilizan la mano no dominante o ambas manos, tras el cual la lateralidad queda definida.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Las Reglas para ser Humano
- Recibirás un cuerpo: Puede gustarte o no, pero será tuyo durante todo el tiempo que estés aquí.
- Aprenderás lecciones: Estás inscrito en una escuela informal de tiempo completo llamada vida. En esta escuela tendrás la oportunidad de aprender clases y puede que las lecciones te gusten o no.
- No hay errores, solo lecciones: El crecimiento es un proceso de prueba y error, es una experimentación.
- Una lección se repite hasta aprenderla: Una vez que la hayas aprendido pasarás a la siguiente.
- Las lecciones no tienen fin: Si estás vivo, siempre tendrás algo que aprender.
- "Allí" no es mejor que "Aquí": Cuando tu "allí" se convierte en un "aquí", simplemente tendrás otro "allí" que de nuevo parecerá mejor.
- Los otros no son más que tus espejos: No puedes amar u odiar algo en otra persona a menos que refleje algo que amas u odias en ti mismo.
- Lo que haces de tu vida depende de tí: Tienes todas las herramientas y los recursos que necesitas. Lo que hagas con ellos depende de tí. La decisión es tuya.
- Tus respuestas están dentro de tí: Las respuestas a las interrogantes de la vida están en tu interior. Todo lo que debes hacer es mirar, escuchar y confiar.
- Olvidarás todo esto.
- Siempre que quieras, puedes recordarlo.
Anónimo
sábado, 17 de diciembre de 2011
Cachorros en Venta
El dueño de un negocio estaba clavando un cartel sobre la puerta que decía: "cachorros en venta". Carteles como ése atraen a los niños pequeños y, como era de esperar, pronto apareció un chiquito.
¿A cuánto va a vender los cachorros? preguntó. El dueño del negocio respondió: Más o menos entre treinta y cincuenta dólares.
El chiquito buscó en el bolsillo y sacó un poco de cambio. Yo tengo 2,37 dólares dijo. ¿Podría verlos? El dueño del negocio sonrió, silbó y de la cucha salió Lady, que corrió por el corredor del negocio seguida por cinco pelotitas peludas. Un cachorrito quedó bastante rezagado. De inmediato, el chiquito distinguió que el cachorrito rengueaba y preguntó: ¿Qué le pasa a ese perrito?
El dueño del negocio le explicó que el veterinario había examinado al cachorrito y había descubierto que tenía mal una articulación de la cadera. Siempre renguearía. Siempre sería rengo. El niñito se entusiasmo. Ese es el cachorrito que quiero comprar.
No, tú no quieres comprar ese perrito. Si realmente lo quieres, te lo daré dijo el dueño del negocio.
El chiquito se enojó. Miró fijo al hombre y, señalándolo con el dedo, dijo: No quiero que me lo dé. Ese perrito vale tanto como los otros cachorros y le pagaré el precio total.
Mire, le daré los 2,37 ahora y 50 centavos por mes hasta terminar de pagarlo.
El dueño del negocio lo contradijo: En realidad, tú no quieres comprar este perrito. Nunca va a poder correr y jugar contigo como los demás cachorritos.
Al oír esto, el chiquito se agachó y se levantó el pantalón para revelar una pierna izquierda torcida e inválida apoyada en un aparato metálico. Miró al dueño del negocio y suavemente respondió: Bueno, ¡yo tampoco corro muy bien, y el cachorrito va a necesitar a alguien que lo entienda!
Dan Clark.
Resistiendo a la tormenta
¿A cuánto va a vender los cachorros? preguntó. El dueño del negocio respondió: Más o menos entre treinta y cincuenta dólares.
El chiquito buscó en el bolsillo y sacó un poco de cambio. Yo tengo 2,37 dólares dijo. ¿Podría verlos? El dueño del negocio sonrió, silbó y de la cucha salió Lady, que corrió por el corredor del negocio seguida por cinco pelotitas peludas. Un cachorrito quedó bastante rezagado. De inmediato, el chiquito distinguió que el cachorrito rengueaba y preguntó: ¿Qué le pasa a ese perrito?
El dueño del negocio le explicó que el veterinario había examinado al cachorrito y había descubierto que tenía mal una articulación de la cadera. Siempre renguearía. Siempre sería rengo. El niñito se entusiasmo. Ese es el cachorrito que quiero comprar.
No, tú no quieres comprar ese perrito. Si realmente lo quieres, te lo daré dijo el dueño del negocio.
El chiquito se enojó. Miró fijo al hombre y, señalándolo con el dedo, dijo: No quiero que me lo dé. Ese perrito vale tanto como los otros cachorros y le pagaré el precio total.
Mire, le daré los 2,37 ahora y 50 centavos por mes hasta terminar de pagarlo.
El dueño del negocio lo contradijo: En realidad, tú no quieres comprar este perrito. Nunca va a poder correr y jugar contigo como los demás cachorritos.
Al oír esto, el chiquito se agachó y se levantó el pantalón para revelar una pierna izquierda torcida e inválida apoyada en un aparato metálico. Miró al dueño del negocio y suavemente respondió: Bueno, ¡yo tampoco corro muy bien, y el cachorrito va a necesitar a alguien que lo entienda!
Dan Clark.
Resistiendo a la tormenta
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