martes, 16 de julio de 2013

¿QUÉ SON LOS REFLEJOS?

Un reflejo es una respuesta automática, involuntaria y probablemente defensiva que el individuo da ante una supuesta agresión (como cerrar los párpados cuando algo viene hacia nuestros ojos). Cuando esta respuesta está mediada por el pensamiento se convierte en un acto voluntario y deja de ser un reflejo.
La mayoría de las reacciones del recién nacido son respuestas primitivas, han quedado grabadas en nuestros genes y se manifiestan precisamente cuando el ser humano aún no se ha completado neurológicamente: en el momento de nacer.
La existencia de los reflejos es un indicador de vitalidad y de que el sistema nervioso del recién nacido funciona bien. Tan importante como observar que están presentes al nacer es comprobar que van desapareciendo con el tiempo (la mayoría, durante los primeros meses de vida). Eso es señal de que el bebé está evolucionando correctamente.

Estos son los Reflejos que se presentan en el bebé:
1. De arrastre
Cuando se pone al bebé sobre su barriga, mueve las piernas como si quisiera avanzar arrastrándose.
Cuánto dura: Desde los primeros días hasta los tres meses.
Por qué lo hace: Con este reflejo el bebé ensaya los movimientos que más tarde necesitará para gatear. Pero lo cierto es que, desde los tres meses hasta que empieza el gateo, el niño no vuelve a realizar movimientos de este tipo.




2. De succión
Si se le coloca en la boca el pezón, o incluso un dedo, lo chupa enérgicamente.
Cuánto dura: Está presente desde el nacimiento, hacia el tercer mes se intensifica y en torno al sexto desaparece. A partir de entonces la succión se convierte en un acto voluntario.
Por qué lo hace: Mediante la succión, el recién nacido consigue el alimento que necesita.



3. De prensión palmar
Cuando algo roza la palma de su mano, el recién nacido lo agarra con fuerza.
Cuánto dura: Desde que nace hasta los cinco o seis meses.
Por qué lo hace: Es un reflejo que permite al bebé agarrarse y sujetarse, no lo hace de forma voluntaria. Por otro lado, se cree que puede favorecer el vínculo entre padres e hijos (el pequeño agarra con fuerza el dedo que estos le ofrecen).





4. De búsqueda
Si se le roza la mejilla o la comisura de los labios con los dedos o el pecho, instintivamente el bebé gira su cabeza en esa dirección en busca de comida.
Cuánto dura: Desde el primer día de vida hasta los cuatro meses. A partir de entonces, el bebé se vuelve automáticamente hacia el pecho porque ya reconoce su tacto y olor.
Por qué lo hace: Es un reflejo de supervivencia, su instinto le guía hacia donde está el pezón para alimentarse.




5. Reflejo de moro
Si está sentado y se le deja caer hacia atrás de repente, el bebé abre los brazos. Luego los tiende hacia delante como si fuera a dar un abrazo y rompe a llorar con fuerza.
Cuánto dura: Hasta el cuarto mes.
Por qué lo hace: Reacciona como si le hubieran dado un susto, por lo que seguramente responde a un instinto de protección.




6. De prensión plantar
Al sentir un roce o presión en la planta del pie, el bebé flexiona los deditos hacia dentro.
Cuánto dura: Desde que nace hasta los nueve o doce meses.




7. Reflejo tónico del cuello
Si cuando está tumbado giramos su cabecita hacia un lado, él inmediatamente estira el brazo de ese lado y dobla el contrario. También se llama "reflejo del espadachín" por la curiosa postura que adopta.
Cuánto dura: Desaparece hacia el tercer mes.
Por qué lo hace: Algunas teorías dicen que facilita y desarrolla la fijación visual del bebé, al poder observar su mano, y la toma de conciencia de su propio cuerpo.




8. De enderezamiento
Cuando se sostiene al recién nacido cogiéndole por las axilas y haciendo que pose los pies en una superficie dura, de repente estira las piernas y el tronco, y levanta la cabeza.
Cuánto dura: Se manifiesta al nacer y desaparece hacia el tercer mes.


9. De la marcha
Si alguien le sujeta por las axilas y le hace apoyar un pie sobre una superficie dura, el pequeño reacciona levantando el otro pie como si quisiera echar a andar, e incluso se puede ver cómo da unos pasitos.
Cuánto dura: Hasta el segundo mes.
Por qué lo hace: Aunque con este reflejo el bebé demuestra que es capaz de mover las piernas alternativamente, no parece que tenga nada que ver con su futura capacidad para caminar.




sábado, 8 de junio de 2013

LOS BERRINCHES EN LOS NIÑOS














LOS BERRINCHES EN LOS NIÑOS



Muchas veces escuchamos frases como: “mi hijo no me hace caso, se tira al piso, sólo quiere hacer lo que él quiere, llora, patalea…; nosotros como papás ya no sabemos que hacer”.
Lamentablemente muchos padres no saben cómo enfrentar este tipo de situaciones, y es ahí dónde se cometen algunos errores a la hora de tratar de detener estos berrinches. 
Los berrinches se manifiestan en todo momento y es muy frecuente en niños a partir de  los 2 años.


¿Qué son los berrinches?
Los berrinches son una reacción extrema del comportamiento emocional negativa por parte del niño que se manifiesta a través de llanto, gritos, patadas, llegando incluso a tirarse al suelo con tal de conseguir lo que desean. Conforme se les ignora en el berrinche, la conducta tiende a incrementarse convirtiéndose en un acto insostenible para muchos padres, sin embargo ser constante con este método termina por hacer que los niños cedan y acaben con esta conducta negativa.


¿En qué casos aparecen los berrinches?
  • Cuando los niños no quieren seguir las normas impuestas por los padres. Y es que los niños muchas veces quieren hacer cosas que no están permitidos.
  • Cuando desean que se les compre algo. El niño cree que por el simple hecho de querer algo inmediatamente lo obtendrá, y cuando esto no sucede busca la forma de conseguir el objeto mediante el llanto y gritos.
  • Cuando no quieren comer. Basta que un alimento sea desagradable para él, empieza la resistencia por recibir el alimento y comienza la armonía entre el grito y el no rotundo.
  • Cuando el niño no logra comunicar correctamente lo que desea, sea por una falta de habilidad lingüística. Las habilidades cognitivas y físicas se desarrollan mucho antes que las del lenguaje, es por ello que el niño al no dejarse entender verbalmente se frustra y termina en un berrinche.
  • Cuando quieren llamar la atención de los padres. Es una forma de conseguir que la mirada de los progenitores se dirijan hacia él.




Actitud de los Padres frente a un berrinche.
Para poder controlar un berrinche, aquí no funciona ni los gritos, ni los golpes, ni dar explicaciones a los niños y ni hablarles para que entiendan la situación.
Lo esencial es no perder la calma y no dejarnos ganar por nuestros impulsos. Es importante que los padres tomen el control de la situación a fin de que el niño no nos gane con el berrinche y no obtenga el poder para manipularnos.

Los padres deben recordar:

Cuando el niño se encuentra en un estado de fatiga, fuera de su rutina diaria o en situaciones de excesiva estimulación, los niños tienden hacer berrinches, es por ello que los padres deben observar en que momento o bajo qué situación se producen los berrinches para poder así anticiparse a ellos.

Cuando el niño realice tareas que generen su poca tolerancia a la frustración es oportuno que los padres intervengan dando una pequeña ayuda para así evitar la situación de conflicto del niño que termine en un berrinche.

Es importante advertir al niño que ciertas actividades que están realizando, están por culminar a fin de que el pequeño esté preparado para afrontar el cambio de escenario.

Cuando vayan a realizar una actividad fuera del hogar, es decir, salir, indicarle al niño como debe comportarse, que puede hacer y que no puede a fin de que vaya mentalizándose para dicha salida.



¿Cómo manejar un berrinche?
Muchos padres se estresan cuando ven a su hijo haciendo un berrinche, lo ideal es mantenerse firme frente a aquello por lo cual el niño está haciendo el berrinche.
Evitar llevarse por sentimientos de pena o de ira para poder conservar así la postura frente al niño.

Aquí algunas pautas:

  • Hay que tener en cuenta en primer lugar la edad del niño para poder elegir mejor el método correctivo frente a un berrinche.
  • Recordar que el niño está fuera de control y lo que necesita es que lo ayudemos a calmarse, para ello debemos evitar incrementar más los berrinches con gritos o explicaciones.
  • Restarle importancia al berrinche; es decir, ignorar al niño por completo, no mirarlo, ni dirigirle la palabra mientras dure el berrinche a fin de que entienda que así no logrará nuestra atención o lo que él requiera. Después de terminado el berrinche recién acercarnos para platicar con él.
  • Presentarle al niño una actividad opcional, es decir un distractor, a fin de que pueda romper con el berrinche. Esto mayormente se trabaja con niños  más pequeños.






 Ps. Essy Salcedo P.
Instituto Eupsiquia
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